Al Calor de la leña
El 95% de las viviendas del centro sur de Chile usan leña para calefaccionar las viviendas, para cocinar, calentar agua y secar ropa. Es comprada principalmente en el mercado informal lo que permite la tala ilegal y el poco control sobre su contenido de humedad. Las familias de escasos recursos no pueden acceder a leña de buena calidad debido al precio y a la falta de espacio para almacenarla. Cambiar la leña por otro combustible significa una pérdida de sensación de confort y un aumento del gasto. Pero su combustión es la principal fuente de contaminación atmosférica y ha llevado a decretar continuamente planes de emergencia ambiental. De las cincuenta ciudades más contaminadas de américa del sur Chile posee 30.
Si las familias compran leña de manera anticipada pueden acceder a una de mejor calidad. Las familias de escasos recursos compran leña de manera gradual debido al precio y a la falta de espacio para almacenarla. Tener acceso a leña seca para muchos es casi un lujo, están obligados a comprar leña húmeda y a usarla “revuelta” con leña seca.
Pobreza energética.
Existe un desigual acceso de los hogares para obtener servicios energéticos de calidad que permitan cubrir el uso del agua caliente, iluminación, uso de electrodomésticos, cocción de alimentos y aislación de viviendas.
El uso arriesgado de la leña de baja calidad para calefacción combinado con viviendas ineficientes en términos energéticos y un mercado de leña fragmentado mantienen a las ciudades del sur de Chile con altos índices de contaminación atmosférica.
La leña es multifuncional. Sirve para cocinar, calefaccionar la casa, secar la ropa, aunque haya subido el precio sigue siendo más económica. Existe un arraigo cultural con el calor de la leña al interior de los hogares.